Si hay algo que me gusta hacer en estos primeros días del año es soñar… me encanta plantarme delante del calendario y contemplar cada día, antes de que llegue, con mirada agradecida por todo lo que está por venir… y mientras lo hago me pregunto ¿qué sucederá este año? ¿con quién me encontraré? ¿qué caminos recorreré?
Y poco a poco mis pensamientos se van haciendo más profundos, más transcendentes y me pregunto por Ti, Jesús, y por la forma en que cada día nos encontraremos durante este nuevo año: ¿seré yo quien te busque o tú quien me sorprenda? ¿dónde me invitarás a pasar tu luz? ¿a quienes me llamarás a iluminar?
Sigo pasando las páginas en blanco de mi año y pienso en las posibilidades, en los caminos que se me abrirán, en las decisiones que voy a tener que tomar… y para todo ello te pido LUZ. Esa misma luz que guió a los Magos de Oriente hasta el portal de Belén, hasta Ti, y que hoy deseo que me siga guiando en cada encrucijada, en cada paso de este nuevo año casi sin estrenar.
Comienza un nuevo año y me ofrece 366 hojas en blanco para escribir en ellas mi propia vida, mi propia historia. Parecen muchas y quizá lo sean, pero si no quiero acabar malgastándolas todas, quizá deba tomarme un tiempo para pensar en serio ¿qué quiero escribir en ellas? ¿quiénes quiero que sean sus protagonistas? ¿qué lugar le quiero dar a Dios en ellas?
¡Feliz año nuevo, mejor conTigo!