Rafaela María, estos días celebramos tu fiesta que nos hace recordar el corazón tan grande, la fortaleza, y el amor a Dios que tenías. Tú compromiso con Jesús y con los demás fue una constante toda tu vida.
Al recordarte te pedimos que nos ayudes a seguir tu ejemplo, que a nuestro lado no haya nadie solo, desvalido, marginado, que sepamos ver en ti un modelo que hacer presente en nuestro ambiente: colegio, trabajo, universidad, familia…
Dentro de pocos días conmemoramos el día de Pentecostés, la llegada del Espíritu Santo sobre los apóstoles. Que este Espíritu que dio fuerza e impulso a los apóstoles a lanzarse a anunciar el mensaje de Jesús, nos guíe como lo hizo contigo, que nos haga salir de nuestro confort y a pesar de los inconvenientes que encontremos en la vida, sepamos como tú dar testimonio de que somos seguidores de Jesús y queremos hacer presente aquí y ahora su Reino.