El fin de semana del 5 y 6 de octubre tuvimos en Campano la formación de monitores de Andalucía. La mayoría de ciudades empezaban el viernes 4 los grupos así que qué mejor forma de comenzar el curso ACI que con una formación. Para muchos era su primera formación, en cambio, a otros no les caben las formaciones en los dedos de las manos.
Comenzamos el día haciendo juegos de presentación para así integrar a aquellos que eran “nuevos”, y lo escribo entrecomillado porque aquí es imposible sentirse así. A continuación, nos reunimos por niveles y fuimos indagando en el lema de este año, y durante toda la mañana nos fuimos preguntando qué pintábamos nosotros. Tuvimos una eucaristía por la tarde en la que participamos todos de forma muy activa, como solo nosotros sabemos.
El domingo fue un día muy especial. Tuvimos un taller de oración en el que los más noveles y los monitores experimentados participamos juntos. En este taller daba igual cuál fuese tu nivel y tu edad, aquí importaba que fueses tú. Después de una adoración en la que los más pequeños empezaron a familiarizarse con Jesús y con ellos mismos como monitores nos fuimos a comer y, con ganas de más, tocaba despedirse de todas las personas con las que habíamos compartido dos días de felicidad. Al ver a tantas personas juntas me hice a mí mismo una pregunta, ¿qué pintábamos 120 personas reunidas un fin de semana haciendo cosas que no solemos hacer? No te levantas todos los sábados del año a las ocho de la mañana para reunirte con personas de otras ciudades para compartir, aprender más sobre ti mismo y crecer en la fe. Pues bien, como resumen creo que pintamos el camino de los que vienen por detrás, y lo más importante, lo hacemos desde el corazón.