Aunque ya nos suena lejos, el tiempo de Navidad es un tiempo intenso en nuestras vidas. Se acabó el tiempo con la familia, el descanso, los momentos de comidas, los regalos que nos ilusionan… Pero todo ello nos llena de una PAZ especial, por eso la Navidad es un momento inigualable para que dejemos que entre en nuestra vida la tranquilidad, la confianza, la PAZ.
La Navidad nos deja la presencia del Príncipe de la PAZ, con un canto “GLORIA A DIOS EN EL CIELO Y PAZ EN LA TIERRA”. El mes de enero comienza con un saludo de Paz y termina con un homenaje por la Paz, en memoria de Ghandi, con la jornada de la no violencia.
Queremos aprender a ser “personas de Paz y Fiesta”, que pasan por la vida haciendo alianzas que reparan y felices a los que nos rodean.
Queremos que se acaben las guerras, derribar fronteras, construir puentes, vivirnos como hermanos, de un Dios que se hace Hijo y Hermano. Pero sobre todo queremos crear ambiente de respeto entre los diferentes, de diálogo en las diferencias y aceptación ante los desacuerdos.
Creemos que la Paz es posible, si tú la construyes en tu corazón, a tu alrededor y la deseas para todos.
La Paz es el saludo del Resucitado, del triunfo de la vida que se te entrega en cada gesto de Paz.
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