CUARESMA Es tiempo de Gracia, es tiempo de salvación. Es tiempo de vivir en RE mayor.
Tiempo de re- ciclar espacios, de re-cuperar ritmos. Tiempo de re-significar signos, gestos y tradiciones, de re-ubicarnos en nuestro lugar vital. Tiempo de disminuir “falsas” grandezas y enriquecer nuestra pequeñez, de habitar nuestra vida con detalles sencillos y cómplices, con guiños entrañables y silbidos de frescura. Tiempo de darnos agradablemente en lo que hacemos, de ofrecernos gratuitamente en lo que damos, de ser personas creadoras en lo que decimos.
Y vivir en RE mayor requiere únicamente- SILENCIO.
Silencio que escucha lo que oye, mira lo que ve, siente lo que toca y se estremece ante lo que huele y gusta.
¿Silencio cómo alcanzarte? paradójicamente sólo es posible a través del ruido, ¿dónde buscarte? En el bullicio y ¡hay tanto! Que todo apunta a encontrarte.
Si estás, silencio, es cuestión de segundos, y segundos de estos que está el día repleto. Nunca hubo un tiempo mejor para hallarte. Eres espacio y comunicación entre distancias, y hoy es tan fugaz ese paso, ¿qué mejor lugar para descubrirte? Ahí estás en el ruido apaciguándolo, en los segundos alargándolos, en las distancias acortándolas…
Cuaresma es tiempo de Gracia, es tiempo de salvación. Es tiempo de vivir en RE mayor, que re- suenen con simpatía las cuerdas de nuestra vida, al paso de nuestros días, produciendo ese sonido dulce como el amanecer, fino como un silbido y cómplice como un guiño, dejando esa estela de brillo por donde pasa, que contagia, que provoca alivio y respiro.
Esta cuaresma ¡seamos tiempo de Gracia, tiempo de salvación. Vivamos en RE mayor!
