¿Y si participamos en la Pascua que este año están organizando las Esclavas? ¿Somos jóvenes? ¿Vivimos la Pascua con otros jóvenes? Esas fueron las tres preguntas que nos hicimos antes de la Pascua. La respuesta más difícil era saber si éramos jóvenes, por que las otras dos estaban claras. Fiándonos de las Esclavas que lo estaban preparando y sin saber quién iba a ir, nos apuntamos.
Por ti era el lema con el que nos sorprendían. Por mi? Por ti? Por nosotros? Por todos? Por quien? Por cuantos? Por mi y por todos mis compañeros pero por mi primero? Todo lema tenía un gran trasfondo… pero debíamos vivir la Pascua para descubrirlo.
Empezamos el jueves con un «Por ti amo», en el que desde la mirada de Jesús, que se entregó por nosotros, empezamos a situarnos en la Pascua. Jugando con unas máscaras, nos planteamos que necesitamos reparar en nuestra vida, que máscaras usamos, que grietas tenemos.. Dios nos conoce sin máscaras, nos quiere tal y como somos… entonces, ¿por qué no quitarse nuestras mascaras?
Esa misma tarde, tuvimos la suerte de pasar un rato con la comunidad de Monforte. No era una visita normal, nosotros éramos sus invitados, pero ellas eran las auténticas protagonistas. Cada una de ellas con una preciosa historia de amor que nos conmovió y nos toco el corazón a todos, que gran suerte haber estado junto a ellas y vivir en sus palabras, gestos y miradas ese amor y fe, ese dejarse hacer por Jesús. Llegó la noche y junto a Josemi Colina sj, celebramos la cena del señor y más tarde la cena judía. Una experiencia diferente, en la recordamos la institución de la Eucaristía y nos pusimos en la piel de los 12.
El viernes celebramos el Viernes Santo, en el que Jesús, “Por ti, se entregó”. Empezamos este día tan importante para un cristiano con un camino en la reconciliación, actividad guiada y preparada por Josemi. Fue un momento de encuentro con uno mismo, una actividad llena de gestos, en la que el Señor en Su abundante amor nos devolvió nuestra paz interior.
El Sábado Santo lo vivimos desde la mirada de María, recordando que Jesús había muerto por ti, para siempre. Oramos en la playa donde nos dimos cuenta cómo desde su fortaleza, su fe, su esperanza, María confió. A continuación realizamos en parejas el Camino de Emaús, para tomar consciencia de que a través de nuestras palabras y sobre todo en nuestros gestos cotidianos, hacemos presente a Jesús, compartiendo con nuestros hermanos tal y como Él nos enseñó.
Con la Vigilia Pascual, celebramos la Resurrección del Señor. Como sabemos, los discípulos se habían dispersado; su fe se deshizo, todo parecía que había terminado, no había esperanza… pero la Resurrección, insufló de fuerza su espíritu y cada uno de ellos fue enviado a Galilea para predicar sin miedo. Cada uno de nosotros, como dijó el Papa Francisco, tiene también una ‘Galilea’ en el comienzo del camino con Jesús. Y volver a Galilea «significa sobre todo volver allí, a ese punto incandescente en que la gracia de Dios me tocó al comienzo del camino”, explicó que esto quiere decir «volver al primer amor para recibir el fuego que Jesús ha encendido en el mundo, y llevarlo a todos, a todos los extremos de la tierra!»
Solo nos queda dar gracias a la comunidad de Valencia por acogernos, a todas las Esclavas que han participado en la preparación y en la Pascua y a todos los participantes, tanto a los monitores de los Grupos ACI como a los jóvenes de otros grupos. Ahora, toca celebrar la vida!
Antonio López y Guillermo Llinares