¿Y tú… que pintas?

¿Y tú… que pintas?

Ya en octubre…

Un mes en el que empezamos todo. Las clases, los trabajos, las extraescolares, los Grupos… La rutina vuelve a apoderarse de nuestras agendas y deja atrás el tiempo del descanso y la desconexión.

Lema 2019 – 2020

Mes para dar paso al frío, a las hojas marrones y a los charcos en el suelo. Los abrigos y los paraguas invaden nuestras ciudades. Pero, sobre todo, octubre es el mes de los propósitos y la búsqueda de nuevos objetivos.

Y… no se me ocurre mejor forma de buscar un objetivo para el año que centrándonos en el lema anual de Grupos.

Este año ACI nos invita a, después de haber descubierto lo que pasa a nuestro alrededor, pararnos, reflexionar y embarrarnos allá donde podamos.

“Y tú… ¿qué pintas?”

Es importante darse cuenta de dónde podemos incidir como personas ACI. Dónde podemos llevar una chispa de luz. Dónde podemos poner algo de color… Darnos cuenta dónde, e ir a hacerlo.

Está bien quedarse con la frase e ir a pintar la realidad que nos rodea. Es la misión que hemos de interiorizar durante este año. En definitiva, buscar un compromiso con la vida que hay a nuestro alrededor. Pero no podemos olvidarnos de que un rodillo, una brocha o incluso el más fino de los pinceles, necesita mojarse en pintura para ser útil, para pintar algo.

¿Pero de dónde sacamos la pintura? Además, si somos herramientas ACI, no ha de ser una pintura cualquiera… Ha de ser una pintura de calidad, que empape todo aquello por lo que pase nuestro pincel, que tenga un color apropiado…

Parece difícil encontrar una pintura que cumpla todos estos requisitos, pero si paras un momento, es sencillo. Está ahí. Tan cerca de ti como tú quieras tenerlo. Las Esclavas siempre nos dicen que es lo mejor que pueden ofrecernos. Y es que, la pintura de una persona ACI no es, ni más ni menos, que Él. Jesús. Quien nos invita y nos acompaña a pintar. Es nuestra fuente de alimentación y nosotros su herramienta de trabajo.

No podemos pintar si no bebemos de nuestra fuente. Si no conectamos, si no oramos, si no adoramos… Nuestra manera de pintar será fina y superficial. En lugar de ser pinceles finos que cuidan el detalle, que acarician y cuidan lo que les rodea.

Por ello, aunque el lema nos invite a mancharnos, a comprometernos y a cambiar nuestro entorno, debemos recordar que para pintar, hay que pringar el pincel, hay que cuidar nuestra relación con Él y preguntarle dónde quiere que pintemos algo.

J.D.M.

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Lema_2019_2020

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